lunes, 8 de septiembre de 2014

PREZIOSI: ISIS Y AL QAEDA

REPORTE DE LA AGENCIA DE NOTICIAS KALI-YUGA (08/09/14)

ISIS Y AL QAEDA


                  Brigada femenina del Isis en Siria

La notoria investigadora norteamericana en cuestiones del jihadismo, Nancy Soderberg, que fuera integrante del gobierno norteamericano de Clinton en el área relativa al ‘terrorismo internacional’, manifiesta expresamente en su esencial obra, El mito de la superpotencia, que la CIA nunca pudo comprobar relación alguna entre la rama jihadista de Irak, dirigida por Al Zarqawi, quien muriera combatiendo contra los EEUU en 2006, y la principal de Al Qaeda dirigida por Bin Laden. Que cuanto más pudieron encontrarse lazos de colaboración pero que siempre funcionaron como ramas independientes en cuanto a la organización. Esto explica el hecho de que cuando el pasado año se produjera la ruptura oficial entre Al Qaeda y el Isis, esta vez con sus nuevos jefes y sucesores, Al Zawahiri y Al Bagdadi, no se hizo sino convalidar un hecho que ya existía desde siempre. Viendo las cosas ahora en su real dimensión, debe destacarse que, si bien las dos organizaciones tienen el mismo fin que es el reestablecimiento del Califato Islámico, con una sociedad ordenada de acuerdo a leyes tradicionales como la Sharia, sin embargo es en el terreno de la estrategia militar en donde encontramos profundas y significativas diferencias. Mientras que Zawahiri sostiene una forma de lucha de carácter celular y acudiendo a un estilo de guerra de guerrillas que funcionan en pequeños espacios con la finalidad de ir desgastando al enemigo en diferentes frentes de combate, Bagdadi en cambio defiende la idea de la consolidación de la lucha en un determinado territorio tratando de constituir allí un Estado poderoso con capacidades de administración que pueda luego actuar como agente de expansión hacia fuera y en otras partes. Por ello es que ha concentrado toda su energía en los territorios de Siria e Irak habiendo establecido allí ejércitos que tratan de expandirse a partir de lo ya conquistado. Por tal razón, mientras que podemos encontrar células de Al Qaeda en todas partes en donde hay comunidades de musulmanes (ahora acaba de constituirse una rama también en la India), con respecto al Isis solamente lo encontramos en tales países y cuanto más lo que sucede es que en otros lugares ha habido adhesiones a la figura del nuevo califa, pero ello no ha tenido que ver propiamente con acciones bélicas a favor. Y esto es también lo que explica la diferencia pretendidamente doctrinaria que ha existido en cuanto a la manera de elegir a tal figura. Mientras que Al Qaeda sostiene que ello debe proceder de una decisión de todas las células existentes, en la figura de los grandes representantes del Islam radical, el Isis, en tanto sostiene la necesidad de constituir en forma inmediata un Estado, considera que es desde el mismo y a partir de su consolidación que debe surgir el califa. No debería ser pues un acuerdo de partes su elección, sino que la misma se tendrá que fundar en la eficacia demostrada en la misma acción. Puede agregarse a esto también que, salvando tales diferencias, el Isis y Al Qaeda además de compartir la misma cosmovisión también contrastan por igual con grupos afines en cuanto a la doctrina, tales como Hamas y Hermandad Musulmana, en el hecho de que descreen totalmente de la democracia y consideran que sólo la vía revolucionaria es lo que permite alcanzar el poder de manera permanente. Que en todo caso la experiencia habría ya demostrado en manera más que suficiente que la democracia representaría una trampa que el sistema proporciona a tal movimiento para poder aniquilar cualquier perspectiva posible de éxito aun electoral. Las experiencias acontecidas sea en Argelia con el FIS (Frente Islámico de Salvación) en la década del 90’ y con la misma Hermandad en Egipto el pasado año, en donde luego de una victoria electoral y hasta la constitución de un gobierno efectivo como en el último caso, el islamismo político fue derrocado y perseguido de manera sanguinaria, han dado argumentos a las dos ramas radicales como para descreer totalmente de la democracia como procedimiento para conquistar el poder. A su vez desde el campo contrario, el gobierno de Israel ha manifestado haber comprendido tal situación. En un reciente discurso el premier Netanyahu ha dicho que ha preferido ponerle punto final a la guerra contra Hamas ante el peligro de que su eventual derrota hubiese podido significar que tras su desaparición pudiese acontecer que, como en el caso reciente de Egipto y Siria, grupos más radicales aun como Al Qaeda o el Isis ocupasen su lugar. Tiene en vista así con claridad la escasa vida que pueden llegar a tener regímenes laicos fundados en la fuerza como los mencionados en Egipto y Argelia, pero también en Siria en donde el régimen de Assad agoniza en una tremenda guerra civil.
Pero queremos agregar también que hay otra conducta del Isis que en estos momentos lo acerca más a Bin Laden que a la figura de su sucesor en la organización. Era del desaparecido líder la idea de que, para derrotar a los EEUU, había que provocarlo a fin de hacerlo intervenir en las mil y una guerras. Las recientes ejecuciones de periodistas espías hechas públicas en videos impactantes acompañados de mensajes amenazadores tienen sin duda alguna tal finalidad. Bagdadi sabe que para que el califato se constituya en manera estable necesita indefectiblemente la derrota de los distintos sostenes en que el mundo moderno se erige en la región. Por un lado Israel y por el otro los EEUU, Rusia e Irán que brindan auxilios a éste o a los restantes gobiernos títeres y serviles. Si bien Obama no ha picado el anzuelo y no ha enviado tropas como en cambio hiciera el torpe Bush con los desastres consecuentes que produjera sea al prestigio militar como a la misma economía de los EEUU, tanto en Irak como en Afganistán, tal acción ha servido al menos para poner en evidencia hasta para los más ciegos y crédulos la comunidad de intereses que existe entre todas estas potencias y gobiernos que en el fondo se encuentran mancomunados en una misma lucha en contra del islamismo radical y del nuevo califato. Ya es abierta al respecto la colaboración entre EEUU, Rusia e Irán para consolidar lo que queda de esa verdadera caricatura que es el ejército kurdo-iraquí. Al respecto resulta gracioso haber comprobado que, antes de recibir la ayuda de tales potencias extranjeras, era notorio que dicho ejército huía del combate y abandonaba arsenales enteros, rindiéndose sin combatir y aun a sabiendas de que el Isis iba a cumplir con su promesa de ejecutar a todos los soldados tomados prisioneros. Ahora con las ayudas militares lo único que se ha conseguido es lograr retrasar el avance del Isis, pero es claro que si no arriban fuerzas militares de otros lados el destino del mismo estará sellado en corto tiempo. Y una situación parecida se la vive en Siria en donde, aun con presencia de fuerzas extranjeras respaldándolo incluso militarmente en el campo de batalla, Assad ha ya perdido los dos tercios de su territorio. Si la cosa continúa así, los protagonistas ya saben que deberán enviar tropas más consistentes y numerosas y de este modo caerían en una nueva trampa. Para esto Obama está desesperadamente buscando alianzas militares. Los miembros de la OTAN, memoriosos de experiencias anteriores, solamente han prometido ayuda para entrenar a soldados del lugar, pero cualquiera mínimamente informado sabe que, si hay miedo y poca motivación, los entrenamientos y las armas sirven de poco. La única alternativa que le queda es obtener la participación rusa en tal guerra y para ello han sido sugestivas las concesiones que se le han dado a tal país, más allá de todas las ‘sanciones’ y griteríos condenatorios, en el reciente conflicto de Ucrania en el cual se obtuvo que su premier firmara un acuerdo reconociéndoles status legal a las actuales repúblicas separatistas, con lo cual ha arrancado gritos de furor del Pravy Sektor quien se ha sentido traicionado, aunque sería bueno que de ello recabara las adecuadas enseñanzas respecto de aquellos aliados de los cuales fiarse. En fin, el Sr. Putin tampoco ha querido renunciar a sacar alguna tajada de la ya ostensible debilidad de la ‘superpotencia’. Habrá que esperar pues a los próximos días para enterarnos de cruciales acontecimientos en la guerra de civilizaciones.


Walter Preziosi

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