lunes, 11 de agosto de 2014

PREZIOSI: GAZA, IRAK Y LAS TÉCNICAS DE LA GUERRA OCULTA

REPORTE DE LA AGENCIA DE NOTICIAS KALI-YUGA 10/08/14

GAZA, IRAK Y LAS TÉCNICAS DE LA GUERRA OCULTA

 Resultado de imagen de thierry meyssan
Meyssan, Salbuchi, Dugin, los diferentes desinformadores del sistema.







La reciente decisión de Obama de iniciar una larga etapa de bombardeos en Irak en contra del Califato islámico allí constituido se encuentra en relación estrecha con las mismas acciones a las que está siendo sometida la ciudad de Gaza por parte de los israelíes. Esto ya lo había dicho el premier Netanyahu: ‘Nosotros, al combatir en Gaza a Hamas y a los demás grupos jihadistas allí instalados, estamos combatiendo por todos Uds. en contra de nuestros grandes enemigos que son Al Qaeda, Boko Haram y el ISIS’, es decir en contra de la única reacción que ha existido en el mundo ante la anomalía moderna representada simultáneamente por Israel, EEUU, China, Rusia y Europa en forma paradigmática. Esta civilización, en nombre de un pretendido progreso que solamente se ha producido en una esfera material y efímera, ha significado en cambio un estado de verdadera bestialización por parte del hombre, lo que en lo relativo al plano superior de la espiritualidad ni siquiera se conociera en las sociedades más primitivas de la historia. Un hombre solamente volcado hacia el confort, el consumo desaforado, la fiebre sexual compulsiva, los ruidos rimbombantes calificados como ‘música’, así como la droga y la atención volcada hacia las cosas más banales y sórdidas y alimentada por máquinas infernales como la televisión, esto es, aquello que Evola calificaba como la raza última del hombre fugaz, es contrastado en cambio por el de una civilización que ha puesto por encima de todo lo sagrado y Dios y que por lo tanto ha considerado a la vida humana no como un fin en sí mismo o como un cítrico al cual hay que exprimirle hasta extraerle la última gota de su jugo, sino como un medio e instancia transitoria concebida y transcurrida en función del logro de un fin superior y trascendente. Esto mismo es el trasfondo común de todas las grandes religiones que la humanidad ha practicado y conocido siempre a lo largo de toda la historia y que solamente la anomalía moderna, es decir esa civilización burguesa y animalizada surgida a partir de la Revolución Francesa, ha derogado sustituyéndola paulatinamente por esta caricatura de mundo al que se nos quiere obligar a vivir. Pero lamentablemente esta reacción solamente ha surgido del lado del Islam, puesto que otras grandes religiones como el buddhismo, el brahamanismo, el judaísmo o el catolicismo han sucumbido a esta sugestión y se han por lo tanto modernizado actuando en algunos casos como verdaderos soportes de tal anomalía, como el caso específico del papado romano que ha bendecido todas las tropelías efectuadas por tal mundo en contra del Islam fundamentalista, es decir la única fuerza decidida realmente a producir la conclusión de tal decadencia bestial.
El moderno percibe el peligro severo que representa el califato pues teme que si tal fenómeno alcanzara a plasmarse en el mundo islámico, como al parecer lo estaría logrando en razón de los grandes éxitos alcanzados en Siria e Irak, en muy corto tiempo podría producirse un efecto dominó en otras partes por lo que peligraría severamente su estructura en otras culturas como la  cristiana en la que podrían allí producirse movimientos de tal tipo sosteniéndose el retorno de antiguos ideales imperiales tal como existieran en Europa y en América hasta su disolución en el siglo XIX y las primeras décadas del XX.
No cabe duda de que la sociedad que ha creado la modernidad, a pesar de todos sus progresos tecnológicos, ha fracasado no solamente en el plano espiritual que es la fuente de todo, en tanto ha creado un tipo de hombre masificado, propio de las grandes sociedades de consumo para las cuales la economía representa su destino, sino también porque ni siquiera en tal plano de inferioridad al que se ha reducido ha tenido éxito pues el mundo nunca ha estado más inseguro en su existencia material como en los últimos tiempos con sus daños ecológicos incalculables que predicen en plazo no muy lejano catástrofes de grandes dimensiones, así como el surgimiento de enfermedades antes desconocidas que se expandirán -y que ya comienzan a hacerlo- como plagas. Pero silenciando tales problemas y con la finalidad de perpetuarse, ignorando totalmente la suerte que podrán correr las generaciones futuras, el sistema acude principalmente a procedimientos propagandísticos sutiles, o técnicas de guerra oculta, consistentes en lograr que el común de las personas confunda las cosas y por un lado termine considerando como causas de los problemas y enemigos a los que en cambio son realmente las fuerzas efectivas y capaces de destruir al sistema y por el otro asuma una actitud de fatalismo considerando que la existencia del mismo representa una realidad irreversible ante la cual, a pesar de reconocérsele su carácter injusto y asesino, se la termina aceptando como un poder invulnerable al que sólo podemos contemplar y denunciar, pero al que en modo alguno seríamos capaces de producirle el más mínimo daño en razón de su ilimitada potencia.
Este último procedimiento lo hemos percibido en circunstancias tan dispares como lo relativo a los ataques del 11S así como en la actual guerra entre Israel y Hamas. En el primer caso la acción propagandística ha consistido en considerar que como el poder norteamericano y sionista es, tal como nos lo ha pintado Hollywood en décadas enteras de reblandecimiento y sugestión, de una eficacia sin límites, sería imposible que un grupo reducido de personas y sin el respaldo de ningún país hubiese podido hacerles el más mínimo daño, que por lo tanto lo que a primera vista se nos presentaría como una victoria del enemigo del mundo moderno sería en cambio una hábil maniobra de este último para perpetuarse ‘dialécticamente’ usando tales daños que se habría autoinfligido como justificativos de acciones posteriores. Así pues se dijo que las Torres Gemelas se destruyeron a propósito para poder hallar un justificativo (1) a fin de poder invadir Afganistán e Irak, pero no se explicó luego por qué los resultados de estas guerras fueron los exactamente inversos de los pretendidamente buscados por los ejecutores, es decir la derrota estrepitosa en ambos casos y las consecuentes crisis cuasi terminales de sus economías. Del mismo modo la propaganda enemiga, que utiliza para ello a un conjunto de ‘analistas’ serviles de sus intereses que fingen estar en contra del sistema a fin de obtener lectores y seguidores, hoy nos pinta una imagen catastrófica respecto de los genocidios que comete Israel mostrando en cambio que las acciones de Hamas resultarían todas ineficaces pues  sus misiles solamente representarían ‘cañitas voladoras’ inofensivas por lo cual la acción a buscar, ante el reconocimiento explícito de esta omnipotencia sionista y al no proponerse otra como alternativa, sería justamente lo que el sistema desea: que no se lo confronte con violencia y que en todo caso se acuda a ‘negociar’, es decir que todo concluya con la aceptación de esa gran anomalía moderna que es el Estado de Israel que representa en tal región el reaseguro de la existencia de tal tipo de civilización en un medio hostil y propenso a sublevarse. En los dos casos la propaganda va dirigida hacia el desarme y el desaliento, pues si se convence que los misiles que se lanzan no producen daño alguno, e Israel nos insiste en tal cosa  silenciando sus propias bajas, la consecuencia de todo ello es el derrotismo y la resignación.
El otro procedimiento al que acuden tales agentes es el de la confusión respecto de quiénes son los verdaderos enemigos del sistema. Así pues del mismo modo que se dijo que los atentados del 11S fueron producidos por los mismos sionistas, el procedimiento concurrente de tal guerra oculta es el de considerar también que la fuerza que lo ha hecho es una agencia del mismo sistema. La propaganda nos ha insistido por años con la historia falsa de que sea Al Qaeda, como ahora también el ISIS, serían creaciones de los mismos sionistas y específicamente de la CIA y el Mossad (2). De tal manera se produce así la idea de que cuando algún gobierno luchaba en su contra, como el caso de Assad en Siria por ejemplo, automáticamente se convertía en una fuerza contraria al sistema. Se soslayaban así hechos esenciales, como por ejemplo que la dinastía imperante en Siria había vivido en paz con Israel durante 47 años a pesar de que se le hubiese ocupado el territorio y que en cambio el fundamentalismo, al que se acusaba de ser agencia del sistema, postula como meta proclamar a Jerusalén como capital de su califato. Encuadrados en tal contexto estos desinformadores profesionales, de alguno de los cuales publicamos sus fotos en esta nota, pero aclarando que hay muchos más, manifestaron durante décadas que los EEUU iban a bombardear Irán y luego Siria. Esto fue dicho a propósito y para confundir y contando con el beneplácito y ayuda de los mismos norteamericanos que se encargaron de mantener tal expectativa con ‘denuncias’ que nunca pasaron de un terreno verbal, pero que tales lenguaraces a sueldo tomaron siempre como evidencia para sus asertos. La realidad hoy ha mostrado todo lo contrario. No solamente no se bombardea a Assad, sino al revés exacto, se lo ayuda haciéndoselo contra su fuerza enemiga, el Estado Islámico, que ya ha ocupado victoriosamente el 40% de su país y del mismo modo tampoco se lo hace con Irán, sino que al contrario se sigue colaborando con tal país respaldando a los dos regímenes serviles que éste ha procreado el de Maliki y de Karzai. Hoy en día se da la circunstancia curiosa de que el Estado Islámico, esa agencia de la CIA y el Mossad, es bombardeado simultáneamente por EEUU, Rusia a través de los aviones que le proporciona a Maliki y el mismo Irán a través de sus voluntarios enviados para evitar la caída de tal régimen. Es decir que mientras que los aliados y agencias son atacados, en cambio los ‘enemigos’ son premiados y auxiliados para que no desaparezcan de escena. Estamos ansiosos por ver qué nueva fantasía nos van a pergeñar tales analistas que reconozcamos tendrían mucho que perder si no se les ocurriera ninguna nueva. Al parecer su trabajo es bien rentado (3).
No podemos terminar esta nota sin hacer alusión a otro risueño argumento que tales analistas nos suelen esgrimir. Para fortalecer la idea de que el sistema es una fuerza invencible sostienen el concepto concurrente de que se encuentra siempre a la ofensiva y nunca a la defensiva. Las guerras no las haría para defender su propia supervivencia, sino por el contrario por una necesidad de expandirse y quedarse con las riquezas de los otros o incluso hasta se llega a decir que las hace para alimentar a la propia industria armamentística. Amén de que este último argumento echa agua por todos lados pues sería lo mismo que decir que las grandes catástrofes son beneficiosas para el sistema pues permiten enriquecerse a la industria de los sepultureros, la realidad es que, aparte de que la economía de un país no se reduce a un solo sector del mismo, si las guerras no se ganan resultan totalmente contraproducentes y aceleran la crisis del sistema. Por más que desplegara al máximo su industria armamentista que con seguridad debe haber hecho un gran negocio, así como los sepultureros y albañiles con las inundaciones de Detroit, EEUU no se quedó con las riquezas petroleras de Irak, sino que en cambio entre esta guerra y la de Afganistán perdió un equivalente a un 50% más de lo gastado en la segunda gran guerra con la diferencia de que no ha podido resarcirse como en la anterior y es esto lo que explica la gran debacle que hoy vive su economía. Se encuentra pues obligado por las circunstancias a hacer guerras y no las hace porque quiere, tal como pretenden pintarnos tales panegiristas, sino porque son las mismas circunstancias las que lo obligan a hacerlo.
  



(1) La imbecilidad de tal procedimiento propagandístico al cual una cantidad increíble de personas le ha dado el más absoluto consentimiento de manera casi dogmática y acudiendo a ‘pruebas’ que, si se analizan un poco, terminan siendo totalmente irrelevantes pudiendo incluso servir para ‘probar’ la hipótesis contraria, ha soslayado el hecho de que EEUU no precisaba en modo alguno destruir su sistema financiero con la hecatombe de las Torres Gemelas, principal sede de bancos, y el Pentágono para invadir un país cuando, tal como lo está haciendo ahora con Irak, resulta suficiente con recurrir al remanido verso de la violación de derechos humanos para hacerlo, inventando, tal como también se hace en este caso, una serie de matanzas y genocidios que por supuesto nadie se toma luego el trabajo de probar. Pero la estupidez es verdaderamente ilimitada y las personas lamentablemente a través de la propaganda han sido reducidas a la condición de ganado irreflexivo que se dirige masificadamente hacia donde conducen los formadores de la opinión pública.
(2) Ante la evidencia irrebatible de que sea Al Qaeda como el ISIS son enemigos de los EEUU en tanto que se matan entre sí, algunos de tales propagandistas acuden a esta explicación: que son como Frankestein, fueron creados en su momento, pero se les fueron luego de las manos. Amén de que si fuera cierto deberíamos agradecerles por tanta ayuda autodestructiva, cabría preguntarse si en el fondo no se termina así contradiciendo el argumento anterior relativo a la omnipotencia por ellos mismos sustentado. En este caso se nos aparecerían en cambio como sumamente vulnerables por lo tontos y desprevenidos pues no les habría bastado equivocarse una vez con Al Qaeda, ahora lo habrían vuelto a hacer con el ISIS.
(3) En una ocasión el Sr. Salbuchi, uno de tales analistas rentados, en la página de Tsunami Político en la que había desafiado a debatir a nuestro colega Marcos Ghio con quien compartimos tal orientación, ante sus réplicas contundentes, terminó reconociendo que era un asiduo periodista del sistema que tenía el ‘cartón lleno’. Eso es fácilmente comprobable pues basta visitar las páginas del Russia Today para corroborarlo.


Walter Preziosi

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy valioso su artículo Sr.Preziosi, excelente!